En esta última parte me centro en los daños colaterales que han afectado a quienes han colaborado, en mayor o menor medida, más estrechamente con Rodrigo Rato.
En concreto en los dos últimos personajes que, tras orden del Juez D. Antonio Serrano Arnal, ( magistrado del Juzgado de instrucción nº 31 de los Juzgados de Plaza de Castilla ), que instruye el caso, vivieron en primera persona, el pasado día 30 de septiembre, el registro de sus respectivas viviendas, han permanecido detenidos, dos días con sus noches, en los calabozos de las dependencias de la comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos.
Se trata de:
Miguel Ángel Montero, el gerente de confianza de Rodrigo Rato, acusado de ser otro testaferro del ex-ministro, al igual que Alberto Portuondo quien, como recordaréis, se encuentra en prisión preventiva desde el pasado mes de agosto, acusado de Corrupción entre particulares, los mismos cargos que les han sido imputados ahora a Montero y a la que fue mano derecha, durante más de treinta años, la ex-secretaria de Rato, Teresa Arellano.
El magistrado titular de dicho juzgado nº 31, encargado de la investigación de la fortuna de Rato, ( acompaño un esquema del complejo entramado empresarial de la Familia RATO para intentar facilitar su comprensión dado que, al ser tan extensa, uno se pierde con muchísima facilidad ),
interrogó a Montero durante una hora y media y, posteriormente, a Arellano durante una hora, después de haber pasado dos días detenidos en las dependencias anteriormente nombradas de la Guardia Civil y haberles trasladado hasta los Juzgados de Plaza de Castilla desde allí, a donde llegaron pasadas las 10:30 h del día 2 de octubre.
Al término de las respectivas interrogaciones, ambos fueron puestos en libertad con cargos tales como:
- Delito de blanqueo de capitales
-Delito de fraude fiscal
-Delito de corrupción entre particulares
y, como medida cautelar, habrán de presentarse una vez al mes en los juzgados.
Mañana martes, día 6, tiene una cita ante el Juez Serrano Arnal, el actor principal de todo este, cuando menos, peculiar caso de presunta corrupción que traspasa los límites (no sólo geográficos, que también, por sus presuntos desvíos económicos a paraísos fiscales), si no de lo ético y, mucho más, de lo políticamente correcto, cuando este personaje ha ocupado cargos de tan alta responsabilidad, en empresas privadas pero, sobre todo, al frente de un Gobierno, casualmente el formado por componentes del Partido Popular, el cual también ha sido objeto de exahustivas investigaciones por presuntas irregularidades en su financiación y del cual hemos conocido múltiples casos de corrupción que han llevado, a sus respectivos intérpretes, a imputaciones e incluso penas de cárcel.
Me consta que, mañana van a surgir multitud de noticias al respecto de dicha declaración, que va a facilitar nuevos y sabrosos titulares. Ignoro a estas horas cómo se desenvolverá la resolución de todos los cargos que se le imputan a tan increíble maestro de truhanes, que debido a las innumerables mordidas que ha efectuado a lo largo de estos últimos casi 30 años, ha pasado de ser aquel que era denominado como aval D. Rodrigo a el experto vampiro Rato, o lo que viene siendo lo mismo la corrupción personificada.
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