Al amanecer hará dos años que partiste de viaje a recorrer el mundo de la Eternidad. Te marchaste después de haber dicho ¡Te Quiero! a quienes un día te dieron la vida. Lo hiciste con la misma discreción con que siempre te habías desenvuelto en este mundo tan difícil, en el que nos enseñaste que no tenemos que rendirnos ante nada, que hemos de luchar con todas nuestras fuerzas por conseguir nuestros sueños y en el que, ayudando a los demás y dando todo el AMOR que tenemos dentro, crecemos como seres humanos dignos de respeto y admiración y de que sigamos amando, después de tu partida, lo que nos transmitiste en los años que tuvimos la suerte de compartir contigo.
Te sabemos con nosotros siempre, permaneces vivo en nuestros corazones y sentimos tu protección cuando nos venimos abajo por algún motivo; estás ahí cada día velando para que aprendamos a seguir nuestro camino hacia adelante, sin pararnos a mirar atrás ni sentir dolor, porque tú nos envías la fuerza interior que necesitamos en cada momento, para poder mantener la alegría que quieres ver en nuestros ojos, en nuestras almas.
Has alcanzado la Paz que necesitabas, ahora eres Feliz, y por ti, para que lo sigas siendo siempre hasta que un día nuestros destinos se crucen en cualquier estación, vamos a levantar nuestros ojos hacia el cielo y mandaremos nuestro Amor hasta esa nube que te transporta en tu largo viaje.
Perdónanos por echarte de menos, es imposible que tu ausencia no nos duela, hay un vacío en nuestras vidas que no es fácil llenar, sólo el paso del tiempo nos va cicatrizando la herida y nos ayuda a aprender a aceptar que necesitabas volar muy alto, que el mundo se te quedó pequeño y ahora has logrado conocer paraísos maravillosos que algún día nos mostrarás.
Te pido que no dejes de cuidarnos, que sigas iluminando nuestra oscuridad y nos sigas llenando de amor en cada amanecer, para poder caminar mirando al futuro con la esperanza de reencontrarnos algún día.
GRACIAS, Sebastián, por tanto que nos diste y hacernos comprender que hemos de disfrutar, de cada día, como lo que realmente es: un nuevo comienzo, una nueva página por escribir hasta que lleguemos al final de nuestra historia.
Te enviamos muchos besos, para que te hagan llegar nuestro agradecimiento y nuestro cariño.
¡Te Queremos Mucho! ¡Bon voyage, Sebastián!
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